jueves, 28 de mayo de 2015

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martes, 23 de septiembre de 2014

muerte



              




Escobar, arrinconado por las fuerzas armadas y por las amenazas que pesaban sobre su familia interrumpió del todo su campaña terrorista. Trato de renegociar su rendición, condicionándola a la salida del país de su mujer y sus hijos, pero esta vez su propuesta no halló eco entre el Ejecutivo. Si bien logró evadir al Bloque de Búsqueda por 6 meses más, la muerte de su jefe de seguridad León Puerta Muñoz “El angelito”, en octubre de 1993, lo dejó desprotegido, al mando ya de sicarios rasos. Finalmente, la preocupación por la situación de su esposa e hijos refugiados en Residencias Tequendama bajo estricta vigilancia policial luego de fallidamente encontrar asilo en Argentina y Alemania. El gobierno si bien vio a la familia del capo como su debilidad y como carnada para atraerlo.
El Bloque de Búsqueda se entregó a la tarea de localizar a Escobar hasta que, después de un año y cuatro meses de intensas labores de inteligencia, el 1 de diciembre de 1993,38 consiguió rastrear y localizar seis llamadas que Escobar le hizo a su hijo. Al verse acorralado intentó escapar, pero murió durante la huida de un disparo en el corazón.39 No obstante, de su muerte existen varias hipótesis:
  • Fue acribillado por un escuadrón del Bloque cuando intentaba huir,40 esta escena se representa en un célebre cuadro de Botero.41 y siendo la versión oficial.
  • Que se suicidó mediante un disparo en la parte baja del oído,42 43 lo que se vio en la exhumación del cadáver; esta versión coincide con el lema de los Los Extraditables:"Preferimos una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos" y versión defendida por su familia.42
  • Que un francotirador del grupo los "Pepes" o del Bloque de Búsqueda o de la Delta Force le disparó.44 Este disparo fue hecho por un oficial de la DIJIN que formaba parte del Bloque de Búsqueda.
  • Que el coronel Hugo Heliodoro Aguilar, que lideró el grupo de asalto que llegó a la casa, dio el tiro de gracia a Escobar.45 Previamente unidades de inteligencia de señales de la DIJIN habían localizado mediante tecnología francesa y británica adquirida por la Policía Nacional en 1991 y operada por oficiales y suboficiales de inteligencia de la Policía Colombiana.46 En una entrevista con Gilberto Rodríguez Orejuela se dice que éste ayudó a la compra de dicha tecnología.
  • También se dice que Carlos Castaño Gil, máximo líder de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) fue el responsable de la muerte de Escobar, según una confesión de un paramilitar llamado Antonio Hernández, conocido por el alias John.47
La muerte de Escobar generó distintas reacciones: su familia y sus protegidos lloraron su muerte, y a su entierro asistieron miles de personas, en su mayoría de los barrios pobres de Medellín. Pero la prensa y el gobierno lo consideraron un triunfo en la lucha contra las drogas y el principio del fin del tráfico de estupefacientes, lo que no ha sucedido hasta la fecha; hoy en día guerrilleros, paramilitares y grupos de delincuencia organizada conocidos como Bacrim (Bandas criminales) se disputan el negocio del narcotráfico. Aunque inmediatamente a su abatimiento, los carteles de Cali y Norte del Valle tuvieron control del narcotráfico hasta sus respectivas disoluciones.
Entre los mitos sobre su muerte figura uno que dice que no murió, que contrató a un doble y que está escondido disfrutando de su dinero.48 42 Entre quienes lo consideran muerto, aún su imagen continúa muy vigente y es utilizada políticamente. Sus fotos se venden al lado de las del Che Guevara. Incluso en algunos sitios todavía es venerado como un santo y en su tumba se depositan ofrendas. Su leyenda forma parte del circuito turístico de Medellín. Su hacienda en el campo ahora es un museo visitado por miles de turistas al año.49Su imagen tiene tanto peso que continúa siendo utilizada incluso para las campañas políticas,50 la venta de camisetas y remeras en Austria, Estados Unidos, Guatemala y México,51 la venta de álbum de figuritas para niños,48 relojes con su imagen y libros sobre su vida.49

El cadáver de Pablo Escobar fue exhumado el 28 de octubre de 2006 a petición de algunos de sus familiares con el propósito de tomar una muestra del ADN para confirmar la presunta paternidad de un hijo extramatrimonial y despejar cualquier duda sobre la identidad del cuerpo que llevaba 12 años enterrado junto a sus padres. Un vídeo del momento fue transmitido por la cadena RCN hecho que disgustó a su hijo Juan Sebastián Marroquín (Juan Pablo Escobar) quién acusó a su tío, Roberto Escobar Gaviria y al sobrino del capo Nicolás Escobar -que coordinó el acto- de ser "mercaderes de la muerte".52 53




























el catedral de fuga






    


El 20 de junio de 1991, el capo ingresó voluntariamente en prisión a cambio de no ser extraditado a Estados Unidos.34 Sin embargo, para hacerlo exigía al gobierno -entre otras cosas- que fuera en una cárcel exclusiva con el argumento de que podría correr peligro de muerte si ingresase en un correccional corriente. Así el gobierno autorizó las obras del emplazamiento que se convertiría a posterior en la peor vergüenza del sistema penitenciario colombiano: llamado La Catedral. Un recinto construido "a medida", que se erigía en unos terrenos adquiridos por el mismo Escobar, y que contaba con innumerables lujos para él y sus asociados, además de una fuerte seguridad brindada por el Ejército Colombiano, espacio aéreo restringido y las autoridades penitenciarias designadas por el estado para custodiar su reclusión.35 A casi un año de su encierro a principios de julio de 1992, Escobar, se había convertido en un extorsionista de alto rango. Dejó de exportar cocaína y empezó a cobrar elevadas sumas de dinero a los demás narcotraficantes. Sospechando de sus más cercanos aliados Galeano y Moncada pretextando que éstos le ocultaban $20 millones, Escobar ordena la ejecución de ambos. La posterior purga entre los más cercanos a ambos capos y entre sus familiares dejó unos 50 muertos. El gobierno y la Fiscalía al conocer de los graves hechos y para evitar que Escobar siguiera delinquiendo desde su cómoda prisión, ordenó el traslado de este hacia un nuevo penal. Pero en condiciones oscuras que demostraron una vez más el poder de corrupción y el temor que generaba el peligroso narcotraficante luego de secuestrar al viceministro de Justicia Eduardo Mendoza y al director de prisiones del INPEC Coronel Hernando Navas quienes anticiparon los movimientos del gobierno a Escobar a la vez que se descubre que los soldados encargados de vigilar las afueras del penal habían sido sobornados por el capo.
El 21 de julio de 1992 Escobar, su hermano Roberto y sus hombres huyen de la prisión tras patear uno de los muros traseros de la edificación construido con yeso para éste propósito. El capo y sus secuaces huyeron caminando, rodeando las montañas y aprovechando la neblina que cubría la zona y el apagón de la llamada Hora Gaviria.36 37 La evasión del capo significó la mas grande burla al gobierno de Gaviria ante la opinión pública y la justicia colombiana desprestigiada internacionalmente. El gobierno tocado en lo más profundo, creó el Bloque de búsqueda, un cuerpo conformado por la Policía Nacional, el ejército y los cuerpos antidroga de Estados Unidos para cazar a los prófugos y desmantelar de una vez por todas su imperio criminal. Los líderes del Cartel de Cali se encargaron de desencadenar nuevamente la guerra, al activar un carro bomba en Medellin que atribuyeron a sus enemigos antioqueños. Estos ante la arremetida de las fuerzas estatales, reactivaron su campaña con una serie de ataques en los que ejecutaron a 30 uniformados y una juez, entre septiembre y octubre de 1992. Pero esta vez la situación había cambiado bruscamente para el Cartel: la muerte de Galeno y Moncada generó una fractura al interior de la organización. Diego Murillo Bejarano 'Don Berna', jefe de seguridad de los capos asesinados y los hermanos Castaño, se alinearon con los narcos del Valle en una amplia alianza contra Escobar, que incluía a oficiales corruptos del Bloque de Búsqueda y varios de sus antiguos socios. Con la información que pudieron suministrar a las autoridades se asestaron durísimos golpes a las redes del “Patrón”. El 28 de octubre, Brances Alexander Muñoz 'Tyson' unos de sus jefes militares más importantes, fue abatido en una operación especial.
Escobar que trata en ese momento de negociar su reentrega y había autorizado la rendición de varios de sus lugartenientes más cercanos, entre ellos su hermano Roberto, alias “Popeye”, “Otto” y el “Mugre”, desencadenó en respuesta una nueva guerra total. Decenas de pistoleros ejecutaron a un centenar de policías hasta febrero y los carros bomba reaparecieron en las grandes ciudades a partir de diciembre de 1992. Si bien los mecanismos ya no eran tan sofisticados; las pérdidas humanas y materiales fueron cuantiosas, pues los atentados ya no iban dirigidos a un objetivo específico, sino que eran totalmente indiscriminados. En Medellín murieron 19 personas, en Bogotá 39 y en Barrancabermeja 16. El Valle de Aburra se vio afectado por 3 ataques en diciembre del 92 y en Bogotá las explosiones se sucedieron a partir de enero de 1993: el 20 en el norte, el 30 frente a la Cámara de comercio, mediando febrero en dos áreas comerciales y en abril 15 en el Parque de la 93.31
Pese a la dura arremetida de los terroristas, en el curso de una ardua cacería las autoridades dieron de baja hasta marzo de 1993, a 100 sicarios y 10 jefes militares del Cartel, entre los que se contaban Mario Castaño Molina “El chopo”, Hernán Darío Henao “HH” y Jhonny Edison Rivera “El palomo”, todos hombres de confianza de Escobar. También fueron apresados 1900 sospechosos de pertenecer a la organización y se rindieron 18 altos mandos de su ala militar. Esto sumado a la derrota por bandas rivales de sus grupos de gatilleros, en una guerra que dejó 300 muertos, terminó por debilitar decisivamente al grupo de Medellín que perdió en 8 meses el 80% de su capacidad bélica. Como añadidura, el 30 de enero hizo su aparición pública una estructura paramilitar que se autodenomino Los Pepes (Perseguidos por Pablo Escobar), detrás de la que estaban los Castaño y que se dedicaría a matar a los testaferros, contadores, abogados y familiares del capo, como también a destruir sus propiedades y minar sus finanzas.31

















































                           LA GUERRA DE MAGDALENA




Como la política de negociación de penas también cobijaba a los paramilitares, muchos miembros de las organizaciones afincadas en Córdoba, el Magdalena medio, la Sierra Nevada, Boyacá, el Valle del Cauca y los Llanos Orientales se allanaron a las autoridades confesando solamente el delito de porte ilegal de armas, amparados todos ellos en los decretos 2047 y 3030 de 1990 y 303 de 1991. El grupo más grande al mando de Ariel Otero desmovilizó a 400 de sus integrantes en Puerto Boyacá, mientras en Córdoba Muerte a Revolucionarios del Noreste (MRN) de Fidel Castaño entregaba 600 fusiles, y algunas porciones de tierra como supuesta compensación a los campesinos despojados de sus parcelas. También un reducto de cerca de 200 hombres, antiguamente mandados por Rodríguez Gacha se acogió a la amnistía en Pacho (Cundinamarca). En consecuencia, a partir de 1992, se observa una importante reducción de los asesinatos de civiles, atribuidos a las autodefensas en los años anteriores. Pero en la práctica estas estructuras siguieron activas, manejando un bajo perfil. Las autodefensas en el Magdalena medio, se vieron envueltas en una brutal lucha con sus antiguos socios narcotraficantes a partir de 1990. Henry Pérez, el primer comandante había sido asesinado por un pistolero durante la celebración de la fiesta de la Virgen del Carmen en julio de 1991, y Ariel Otero su sucesor alineado con el Cartel de Cali, correría la misma suerte a principios de 1992. La fuerza sobreviviente se atomizó y algunos de sus restos entraron al servicio de Escobar, mientras otras bandas como la encabezada por Ramón Isaza, se replegaron de la zona. Mientras tanto, en la parte sur de la región, cerca a Honda, cobró protagonismo Jaime Eduardo Rueda Rocha, el asesino de Galán, evadido de la cárcel hacia un año y ahora jefe de una partida de 150 criminales. Buscando posicionarse como líder máximo mató y descuartizó al alcalde de Puerto Boyacá en marzo de 1992, para luego arrojar su cuerpo y el de 4 de sus acompañantes al río Magdalena. Pero su ascenso fue cortado por una patrulla del GOES que lo abatió a él y a 6 miembros de su cuerpo de seguridad en un restaurante de Honda el 14 de abril del mismo año. Tras su muerte, la actividad de las autodefensas en la zona disminuyó considerablemente, ya que estas optaron por mimetizar sus actividades delincuenciales. Eliminado Escobar en diciembre de 1993, Ramón Isaza retomaría el control del estratégico territorio.
Al final no obstante, los grandes esfuerzos realizados en los primeros años de la década del noventa para lograr la desintegración de las estructuras más poderosas y con mayor cubrimiento territorial, los grupos paramilitares tuvieron un nuevo impulso a finales del cuatrienio Gaviria. Fue así como, con posterioridad a la muerte deEscobar en 1993, lasAutodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), bajo el mando de Fidel y Carlos Castaño, protagonizaron una significativa expansión, con el apoyo de cientos de desmovilizados del EPL, masacrados metódicamente, ellos y sus familias, por las Farc y la disidencia de Francisco Caraballo.
























































               

               
                 
                                             Bombas y secuestros

Aparte de un proceso de paz inconcluso, Gaviria heredó la “guerra contra el narcotráfico” con la que su predecesor había pretendido reducir al Cartel de Medellín y su red de sicarios, enemigos declarados del Estado. Aunque durante su campaña presidencial había demostrado total respaldo tanto a la ofensiva como a las medidas tomadas por el primer mandatario, entre ellas la más temida por los narcoterroristas, que era la extradición por vía administrativa; una vez posesionado dejó entrever que el elevado costo económico y humano de esta guerra ameritaba la búsqueda de una salida alterna en la que el fortalecimiento de la justicia sería un elemento clave. El 12 de agosto en todo caso, en un golpe de mano, hombres del Grupo Élite dieron de baja al primo y mano derecha del máximo jefe terrorista del país, Gustavo Gaviria Rivero.
Aprovechando el respiro de la tregua unilateral indefinida anunciada en julio por Los Extraditables, el ministro de justicia Jaime Giraldo Ángel diseñó la legislación de estado de sitioque se haría pública como “Política de sometimiento a la justicia”. Dicha política, que se materializó en cinco decretos que posteriormente, serían elevados después de una depuración, a legislación permanente en el nuevo Código de Procesamiento Penal, aspiraba en términos simplificados, a favorecer con la reducción de la pena a los narcotraficantes que se entregaran voluntariamente y confesaran por lo menos un delito, con la garantía, en algunos casos condicional, de ser juzgados en el país y recluidos en pabellones de alta seguridad. Los primeros en acogerse a la oferta, entre diciembre de 1990 y febrero de 1991, fueron los hermanos Ochoa, Jorge Luis, Juan David y Fabio, socios cercanos de Escobar quien receloso de las intenciones del gobierno, que ya le había incumplido anteriormente, organizó una serie de secuestros selectivos de periodistas de renombre y de personajes influyentes en la vida nacional. Escobar ordena el secuestro a familiares de miembros del gobierno y a periodistas, de la larga lista de secuestrados los más reconocidos fueron: Francisco Santos Calderón (redactor jefe del diario El Tiempo), Maruja Pachón de Villamizar (periodista y directora general de Focine, esposa del político y diplomático Alberto Villamizar), Beatriz Villamizar de Guerrero (hermana de Alberto Villamizar y asistente personal de Focine), Diana Turbay (directora del noticiero de televisión Criptón y de la revista Hoy x Hoy, hija del expresidente de la República Julio César Turbay) y quien murió en hechos confusos durante un intento de rescate de la policía, Marina Montoya de Pérez (hermana del exsecretario General de la Presidencia, Germán Montoya) y quien es ejecutada por sus captores como represalia por la muerte de sicarios y colaboradores del Cartel manos de la policía, en especial por la muerte de los hermanos Armando y Ricardo Prisco Lopera, líderes de 'Los Priscos', brazo armado del cartel, Álvaro Diego Montoya (hijo mayor del entonces Secretario General de la Presidencia, Germán Montoya), Patricia Echeverri y su hija Diana Echeverri, parientes políticas del expresidente de la República Barco presionando de ese modo al presidente saliente y electo para que fuera tratado como un delincuente político, haciéndose beneficiario de paso de los indultos reservados a los guerrilleros. Escobar además pretendía arrancarle al Ejecutivo un acuerdo hecho a su medida y siguió presionando nuevamente por la vía armada, amenazando con ejecutar a los rehenes y con reiniciar su ofensiva terrorista. El 13 de diciembre de 1990 una bomba mató a 7 policías en Medellín y otros 7 más serían ultimados por sicarios en los 3 primeros días de enero y con una nueva racha de atentados: una decena de efectivos policiales fueron víctimas de sicariato, una explosión en un bus dejó 6 muertos y el 16 de febrero un atroz bombazo contra una patrulla del F-2 en Medellín frente a la plaza de toros de la ciudad, se saldó con 22 fallecidos. Dos meses después el ex ministró de JusticiaEnrique Low Murtra, perdió la vida a manos de pistoleros en la capital de la República.
El gobierno debió plegarse a las exigencias de Escobar, quien liberó al resto de los secuestrados como gesto de “buena fe”. Pero solo hasta cuando estuvo seguro de que la Asamblea Nacional Constituyente había votado y aprobado el 19 de junio de 1991 el artículo que prohibía la extradición de colombianos por nacimiento, Escobar se entrega en compañía del padre Rafael García Herreros y Alberto Villamizar, mediadores en su rendición. Luego sería recluido en la famosa Cárcel de La Catedral en Envigado. Desde allí pese a las promesas de no delinquir más, siguió controlando los hilos del negocio ilegal a través de otros 2 aliados suyos que no se entregaron: Fernando “el negro” Galeano y Gerardo “Kiko” Moncada y varios de sus sicarios.31








viernes, 12 de septiembre de 2014

ofencivas de 1889 y negociaciones



             Ofencivas de 1889 y negosaciones

A partir de julio de 1988, el secretario general de la Presidencia, Germán Montoya había entrado en conversaciones con los líderes de Los Extraditables. Subsecuentes declaraciones del gobierno fueron interpretadas por los narcotraficantes como una invitación al diálogo, por lo que el 15 de septiembre siguiente, estos respondieron con una carta a la administración Barco, e hicieron llegar a Montoya un proyecto de ley de indulto y un plan de desmovilización. Sin embargo, ante la intransigencia de los EE.UU, renuente a la posibilidad de dialogar con los narcos, se dilataron las conversaciones y al final se las presentó como iniciativa personal del intermediario, desligando al primer mandatario de ellas.
Como una reacción a este diálogo sin resultados, el cartel de Medellín en cabeza de Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, inicio una cadena de crímenes de jueces, de funcionarios del gobierno y de personajes de la vida pública. En marzo del 89 Los Extraditables mataron a Héctor Giraldo Gálvez apoderado del caso Lara en reemplazo de Castro Gil, y dos meses después dinamitaron la sede de la televisora Mundo Visión. Tras el intento de asesinato contra el jefe del DAS, General Miguel Maza Márquez el 30 de mayo en Bogotá, utilizando una poderosa carga explosiva que liquidó a 7, el terrorismo se enseñoreó del país. El 4 de julio en Medellín, en un atentado dirigido al coronel Valdemar Franklin Quintero, murió el Gobernador de Antioquia, Antonio Roldan Betancur junto a 5 de sus acompañantes. Finalizando julio, el 28, la víctima fue la jueza María Helena Díaz, sustituta de Espinoza, y sus 2 escoltas ultimados por sicarios.
El 16 de agosto cayó el magistrado del tribunal superior de Cundinamarca, Carlos Ernesto Valencia, y el 18 en la capital antioqueña el coronel Quintero, acribillado a traición con decenas de impactos de bala. Aunque la noticia del crimen ocurrido en las horas de la mañana fue opacada, cuando en la noche durante un mitin político en Soacha, varias decenas de pistoleros al servicio de Rodríguez Gacha se infiltraron en la manifestación y dieron muerte al precandidato presidencial por el partido liberal, Luis Carlos Galán, enemigo acérrimo de los narcotraficantes y partidario de permitir la extradición de los narcotraficantes a Estados Unidos, era el más opcionado para alcanzar la primera magistratura de la nación. Herido de muerte por Jaime Eduardo Rueda Rocha, fallece horas después a causa de una fuerte hemorragia. En este asesinato también se involucra a Alberto Santofimio Botero como coautor intelectual del hecho.31 32
Como consecuencia del asesinato de Galán, los diálogos se interrumpieron del todo y el presidente declaró la guerra al narcotráfico de la misma manera que lo había hecho Betancur 5 años atrás. Con el decreto 1830 del 19 de agosto, Barco estableció la extradición por vía administrativa, sin contar con el fallo de la corte suprema de justicia; con el Decreto 1863 autorizó a los jueces militares a practicar registros donde se presumía o existían indicios de personas u objetos relacionados con algún delito; con el Decreto 1856 ordenó la confiscación de los bienes muebles e inmuebles de los narcotraficantes; y con el 1859 autorizó la detención en condiciones de absoluta incomunicación y por un tiempo que excedía las normas constitucionales, de personas de las que se tuvieran graves indicios de haber cometido delitos contra la existencia y seguridad del Estado. Además se dispuso la creación del Grupo Élite con 500 hombres, esencialmente dirigido a cazar a los cabecillas terroristas y lo puso al mando del Coronel Hugo Martínez Poveda. En los días posteriores el Ejército y la Policía llevaron a cabo más de 450 allanamientos en todo el territorio nacional y detuvieron a cerca de 13.000 personas acusadas de estar vinculadas al narcotráfico.
El 23 de agosto Los Extraditables respondieron al gobierno en una carta a la opinión pública, asumiendo el reto de la guerra total. Con 3000 sicarios en armas, el asocio del paramilitarismo y el respaldo de una porción importante de la población bajo su dominio, a lo que se sumaba el músculo financiero que le daba el control de al menos un 90% del tráfico de cocaína hacia el exterior, el Cartel de Medellín se enfrentó al Estado colombiano a base de bombazos y asesinatos selectivos. El terrorismo se convirtió en una verdadera pesadilla diaria, se multiplicó y puso en jaque como nunca antes al establecimiento: entre septiembre y diciembre de 1989 mas de 100 artefactos hicieron explosión en Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Cartagena, Barranquilla y Pereira, contra edificios gubernamentales, instalaciones bancarias, comerciales, de servicios e infraestructura económica. En total sumando los ataques sicariales, los narcoterroristas fueron los responsables de 289 acciones bélicas en ese periodo, con un fatídico saldo de 300 víctimas mortales y más de 1500 lesionados.
El 30 de agosto una primera bomba hace explosión en Medellín, el 2 de septiembre fueron casi destruidas las instalaciones del diario El Espectador que en ese mismo día continuó su edición en horas de la tarde, el 11 es asesinado el líder liberal Pedro Peláez González, el 21 son dinamitadas 9 sedes políticas en Teusaquillo y el 26 es atacado el Hotel Hilton en Cartagena. Pese a no poder detener las continuas explosiones, las autoridades no cejaron en su esfuerzo, multiplicaron los allanamientos y capturaron a 2 grandes capos: a Eduardo Martínez y a Rafael “el Mono” Abello, para luego extraditarlos. Como respuesta, el 16 de octubre un carro-bomba arrasó la sede del periódico Vanguardia liberal de Bucaramanga y mató a 4 personas. Ahora todo el aparato criminal de Escobar y los extraditables se enfiló contra las clases dirigentes y los círculos de poder: son ultimados por sicarios el magistrado Héctor Jiménez Rodríguez, el periodista Jorge Enrique Pulido (de quien ya había recibido amenazas) cuando se disponía a regresar a su programadora, luego de la emisión dominical del Noticiero Mundo Visión, recibiendo varios impactos de bala; los mismos que días después (el 8 de noviembre de 1989) terminarían por dar fin a su existencia y seis meses después, a su programadora. Muere también el representante a la cámara Luis Francisco Madero. A finales de octubre, 7 policías son dados de baja en la capital antioqueña, 5 de ellos en el bombazo a un bus, frente al Club de oficiales de la ciudad.
Solo tras un operativo relámpago lanzado el 23 de noviembre sobre la hacienda El Oro en Cocorna (Antioquia) en la que se hallaba Escobar y Jorge Luis Ochoa, comenzó en serio la persecución sobre el poderoso capo. Pese a que logró escapar, 2 de sus hombres murieron, uno de ellos su cuñado Fabio Henao, y 55 fueron detenidos. Al final la ofensiva, la ira de Escobar se cierne aun más y para que en represalia empezaran a recurrir a las masacres terroristas. Cuatro días después, el 27, hace estallar el vuelo 203 de Avianca33con el fin de matar al entonces candidato César Gaviria, sucesor de Galán (quien no subió al avión por consejo de sus asesores), con un saldo de 107 muertos. Finalmente como culminación de su aleve ofensiva, el 6 de diciembre de 1989, coloca un carro bomba frente al edificio del DAS, la policía secreta colombiana, buscando acabar con su director, el general Miguel Alfredo Maza Márquez, quien salió ileso a pesar de que la edificación quedó semidestruida. El bus-bomba destruyó parcialmente la edificación y más de 200 establecimientos comerciales a su alrededor y 63 personas murieron y 500 quedaron heridas.
El gobierno Barco no pudo impedir en ningún momento los atroces actos, cada vez mas indiscriminados, pero se anotó un éxito cuando el 15 de diciembre, el segundo cabecilla del cartel de Medellín y su líder militar, José Gonzalo Rodríguez Gacha “El Mexicano” fue ubicado por un informante en la costa norte del país, en donde se hallaba refugiándose de la persecución de las autoridades. Responsable de más de 2000 homicidios y sindicado del ataque al edificio del DAS, fue dado de baja tras una dura persecución entre los municipios de Tolú y Coveñas en Sucre, junto a su hijo Freddy Rodríguez Celades, a su principal lugarteniente Gilberto Rendón Hurtado y a 4 hombres de su cuerpo de seguridad. Atribuyéndosele a él, la mayor parte de las acciones de los últimos meses, Los Extraditables intentaron una nueva estrategia de diálogo y negociación con el Estado, queriéndolo presionar con el secuestro del hijo del secretario de presidencia, Álvaro Diego Montoya y de 2 parientes del presidente de la República. Surge entonces una propuesta del ex presidente López Michelsen, respaldada por los también ex mandatarios Julio Cesar Turbay y Misael Pastrana, por el cardenal Mario Rebollo Bravo y por el presidente de la UP Diego Montaña Cuellar, consistente en la formación de una comisión de Notables para negociar con los narcoterroristas. El 17 de enero de 1990, estos respondieron a dicha propuesta presentándose en un comunicado como aspirantes legítimos al perdón judicial y expresaron una “verdadera voluntad de negociación”. Inmediatamente después liberaron los secuestrados, entregaron un bus con una tonelada de dinamita, y uno de los mayores laboratorios de procesamiento de droga en el Choco. Como contraparte los narcos esperaban del gobierno la creación de la comisión de alto nivel que se encargaría de los procedimientos legales que permitirían su rendición. Sin embargo, esto nunca sucedió y el intento de diálogo y negociación terminó en una nueva oleada de terrorismo. Efectivamente engañados por el gobierno y frente a una fuerte ofensiva militar en Envigado, declarado zona de operaciones militares por la IV Brigada al mando del General Harold Bedoya, Los extraditables pusieron fin a la tregua el día 30 de marzo, poniendo precio a la cabeza de cada policía muerto. Medellín y su área metropolitana se vieron envueltos en una verdadera guerra urbana, tras las primeras ejecuciones de uniformados y después del ataque contra un camión del Grupo Élite, ocurrido en un puente de Itagüí el 11 de abril. Este atentado que dejó 20 muertos y 100 heridos fue el primero de los 18 que se sucedieron hasta finales de julio con un saldo de 100 víctimas fatales y 450 heridos. El 12 de mayo, víspera de la celebración del Día de la Madre hicieron explosión en 2 centros comerciales de Bogotá sendas bombas que mataron a 21 personas. El mismo día en Cali otro acto terrorista cobró la vida de 9 civiles. A fines de mes a la vez que un sicario se hacía volar frente al Hotel Intercontinental de Medellín, acabando con 6 policías y 3 transeúntes, fue acribillado el senador Federico Estrada Vélez y su conductor. La violencia se recrudece y las victimas fueron miles: en represalia por la muerte de 215 uniformados ejecutados entre abril y julio de 1990, escuadrones de la muerte sube todas las noches a las comunas y fusilan a decenas de hombres, varios de ellos menores de edad. Poco después de que el jefe militar de Escobar, John Jairo Arias Tascon “Pinina”, fuera dado de baja el 14 de junio, vino otra serie de acciones bélicas: 19 jóvenes de la alta sociedad antioqueña son masacrados en el Bar Oporto y un carro-bomba estalla frente a la Estación Libertadores de la Policía matando a 14 civiles. Finalmente, a finales de julio luego de un inmenso operativo en el Magdalena Medio antioqueño del que una vez más escapó Escobar, Los Extraditables decretan una nueva tregua y se sitúan a la defensiva, en espera de las decisiones que pueda tomar la administración entrante de Gaviria. En todo caso afirman la imposibilidad de entregarse a la justicia mientras no se reestructuren los organismos de seguridad del Estado y no se crearan los mecanismos legales apropiados para evitar su extradición.31




guerra de carteles




                                                    guerra de carteles




Luego del ascenso a la presidencia de Barco Vargas, las muertes a manos de sicarios motorizados del juez Gustavo Zuluaga Serna, encargado de investigar la muerte de dos agentes del DAS que en 1978 habían arrestado a Escobar por posesión y trafico de estupefacientes, en octubre de 1986, del coronel de la policía anti-narcóticos Jaime Ramírez Gómez un mes después y sobre todo del Director del diario El Espectador Guillermo Cano el 17 de diciembre, más el atentado que sufrió en Budapest (Hungría), el ex ministro de justicia y ahora embajador de Colombia en ese país Parejo González en enero del 87.
Se cree que Escobar fue quien provocó la captura y extradición a los EE.UU de Lehder el 4 de febrero de 1987, Escobar y el resto de la cúpula teniendo conciencia del peligro que la extradición representaba a sus intereses y decididos a combatirla, robustecieron su aparato militar y económico, y se dieron a la tarea de recaudar entre todos los narcotraficantes cuantiosos recursos, incluso entre los que no hacían parte de su grupo, para poder financiar el previsible escalamiento de violencia. Las tensiones creadas y la ambición de Escobar por dominar la situación motivaron una primera purga dentro de la organización (entre ellos Pablo Correa Arroyave) y el secuestro de varios traficantes del Valle, todo ello a través de un fallido intercambio de favores entre Escobar y Gilberto Rodriguez. Tras la negativa de Rodriguez a entregar a 'Piña', uno de sus hombres, Escobar ordena el secuestro de 'Piña' y su asesinato a manos del 'negro Pabón', uno de sus lugartenientes. Dicho asesinato y el temor de los hermanos Rodríguez Orejuela, de Helmer “Pacho” Herrera y de José Santacruz Londoño de ser las próximas víctimas, motivó el rompimiento entre ambos carteles. La captura en noviembre de 1987 de Jorge Luis Ochoa en Buga (Valle), fue vista como producto de una delación de los traficantes de Cali.
Su posible extradición reactivó la ofensiva contra el estado. Pocos días después el político y candidato a la alcaldía de Medellín Juan Gómez Martínez, se salvó de un intento de secuestro reivindicado por Los Extraditables. Y si bien Ochoa fue liberado impunemente amparado en el derecho de Habeas Corpus un mes después, la confrontación no se detuvo. El gobierno humillado públicamente, profirió órdenes de extradición contra los principales miembros de la organización en los primeros días de enero, y Helmer "Pacho" Herreraatacó a Escobar en su propio hogar al dinamitar el Edificio Mónaco, donde vivía su familia, el 13 del mismo mes en consecuencia de un atentado en que Herrera fue blanco aunque saliendo herido. La respuesta llegó en la forma de una sangrienta guerra de sicarios entre ambos carteles y con el estallido de numerosos petardos en las Droguerías La Rebaja, propiedad de los Rodríguez Orejuela.
Contra el Estado a su vez, respondió con secuestros, primero al aspirante a la alcaldía de Bogotá Andrés Pastrana Arango el 16 de enero, y después al Procurador General de la Nación, Carlos Mauro Hoyos, el 25 siguiente, en el momento que este se dirigía al aeropuerto de Rionegro (Antioquia). El posterior rescate, el mismo día, de Pastrana, dictaminó la muerte del jefe del Ministerio Público, ultimado a balazos por 'Popeye' y cuyo plan previo era mantener a ambos secuestrados en un mismo lugar. En marzo varios cientos de uniformados cayeron sobre la finca El Bizcocho propiedad de Escobar, pero este logro romper astutamente el cerco y escapó.31